Después de
tantos años,
vuelvo a casa.
Las cosas
están donde siempre.
La caja con
las estilográficas,
los libros,
ordenados
por materias y autores;
la música de
Messiaen
sonando en
la radio,
y la flor,
ya marchita,
en el jarrón azul.
Pese a todo,
no es posible
retomar la vida
donde la
dejé.
21 de junio de 2016
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